Un TT, trending topic, es uno de esos anglicismos acomodados en nuestro vocabulario, que suena continuamente y que cuando alguien consigue serlo, pasa a ser lo más mencionado a nivel mundial. Un alcance potencial de unos 180 millones de personas, en realidad, un momento fugaz pero, que te situa en el centro del mundo.
Las marcas, famosos y organizadores de eventos se pirran por conseguir esa repercusión. Twitter, consciente del potencial que supone, ha activado el sistema de venta de las primeras posiciones, de manera que ya es posible adquirir una promoción de trending topic como ‘tendencia patrocinada’ al día por un módico precio de 120.000 dólares. Leer el resto de esta entrada »
Emocionar es una de las premisas de la publicidad. Conectar con las sensaciones que evocan momentos de placer, es el objetivo a conseguir para provocar en el espectador sensación de deseo e impulso a poseer aquello que de forma tan atractiva se anuncia.
Los creativos crean una evocadora atmósfera para mostrar un determinado producto y conquistar la parte subliminal del cliente potencial, es parte del éxito. El color utilizado, en la marca es una la baza para dirigirse a un determinado público. Cada color evoca una determinada sensación. El rosa conjuga feminidad y delicadeza, niñez, pero curiosamente, saturando su intensidad, evoca pasión y nos traslada a otro universo mucho más alejado de los pueriles algodones de azúcar.
Que los más pequeños son un auténtico filón para la publicidad es incuestionable, su pregnancia y su ingenuidad los convierten en clientes top. A los 18 meses los niños empiezan a reconocer los logotipos, según publica Juliet B. Schor en su libro ‘Born to buy’. ¡Qué precocidad corporativa y que predisposición más interesante para la demanda y el consumo!
En España existe desde hace unas décadas la socidad para el Autocontrol de la Publicidad, que regula la veracidad e idonidad de los mensajes de agencias de publicidad y medios de comunicación, estableciendo normas de conducta y el compromiso de seguirlas en beneficio de los derechos del consumidor. Pero, ¿Qué hay de la limitación en cuanto a consumo de publicitario? A base de la repetición sistemática de anuncios, la estrategia parece instar al menor a obtener un producto sea cual sea el medio.
Coincidiendo con la idea del periodista Edison Lazar que está convencido que “Se le vende a los niños la idea de que consumiendo determinados productos va a ser mejor que un compañero de clase”. Craso error. Sólo hay una manera de luchar contra ello, dotar al menor de herramientas emocionales para entender lo que es realidad y lo que es ficción.
Y hablando de ficción, mención aparte se merecen las series de los canales infantiles, algunos de dudoso gusto y cuestionables contenidos… Donde meten hasta con calzador el product placement, (publicidad de producto en modo ‘casual’ dentro de la serie) moda, o extrañas costumbres que poco a poco van calando en la sociedad, como eso de que en este país se pregunte el día de todos los Santos: ‘¿Truco o trato?’ Vestido de singular personaje… (Yo en mi infancia en ese día tan cristianamente señalado, a lo sumo comía huesos de santo, que también tiene su aquel…)
Definitivamente, resulta curioso que sean los adultos quienes generan estos contenidos y a la vez sean quienes deban regular la limitación y consumo para evitar la temprana voracidad consumista de los menores.
La liebre japonesa 